Activos en gestión directa
Se refiere a aquellos bienes o inversiones que son administrados directamente por una entidad, empresa u organismo, sin intermediarios externos. En este tipo de gestión, la organización asume de forma directa la responsabilidad de la planificación, ejecución, supervisión y control de dichos activos.
Características principales:
- Control total: La entidad gestiona directamente la operación, mantenimiento y toma de decisiones sobre el activo.
- Mayor responsabilidad: Implica asumir riesgos y beneficios directamente, sin delegar en terceros.
- Transparencia y trazabilidad: Al no haber intermediarios, es más sencillo hacer seguimiento de la eficiencia en el uso de los recursos.
- Ejemplos comunes: Inmuebles propios administrados internamente, flotas de vehículos operadas por personal de la empresa, inversiones financieras gestionadas sin asesoría externa, etc.
Este modelo contrasta con la gestión indirecta, donde terceros (empresas gestoras, concesionarios, asesores) se encargan de la administración del activo. La elección entre gestión directa o indirecta depende de factores como la capacidad técnica, los recursos disponibles, el tipo de activo y los objetivos estratégicos de la entidad.
